Bajo un sobrio montaje, con una gran lona con el logo de la banda, y casi meria hora de retraso, sonó una pequeña intro, para descargar las primeras notas de Second wind, que enlazaron a medio de Medley con Push, Push, y la verdad que el sonido no resultaba del todo bueno, pero poco a poco se fue mejorando, con un Tom Keifer, como lider indiscutible de la banda, que fue de mas a menos con su voz. Destacar que ejecutan los temas a la perfección, con un Labbar muy activo a lo largo del concierto, en mi opinión el que más interactuó con el público, frente a una postura más hierática del resto de la banda, que quizá se echara un poco en falta, pero dado lo visto, el resultado final no desmereció para nada la actuación. Después de estos dos temas le tocó el turno a Somebody save me, The last mile y Night songs, donde puso la sala patas arribas, y ya se habián ganado algún que otro OE, y es que las ganas de Cinderella se notaban. Otro gran momento de la noche fue Falling apart of the seams, junto con la emotiva Heartbreak Station y Coming Home, momento tierno y maravillosas en directo. Nueva subida con Shelter me y Nobodys fool, con el publico coreando casi todo el tema, y la verdad que hay que decir, que se entregó a la banda, por lo que ya tenían buena parte del concierto ganado. Para finalizar esta parte del concierto, se cerró con uno de sus mayores exitos, como Gipsy road. Con menos de una hora de concierto se metieron en camerinos, para salir poco después con Tom Keifer al piano, y Labbar con una camiseta de la selección española, para interpretar mi balada favorita, Don´t know what you gone till is gone, que fue impresionante, aunque ya empezaba a hacer efecto el concierto a Keifer y que quedó más patente en el tema final del Show, como fue Shake me, como fin de fiesta y participación de todos los allí asistentes.
Sin duda fue uno de los mejores conciertos que he vista en los últimos años, los temas suenan cañón en directo y son ejecutados a la perfección. Lastima la corta duración del mismo, apenas 70 minutos, pero fue de gran intensidad, no obstante tampoco creo que la voz de Tom Keifer este para conciertos mucho más largos, ya que poco a poco se fue apagando. Aún así demostró tablas y ser consciente de sus limitaciones, y el estado físico de la banda, increíble. Prefiero un concierto corto, que uno de dos horas con muchas dudas sobre si lo que estoy escuchado es a una banda en directo y una actuación en playback. Si vuelven, espero repetir.
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