¿Qué más podemos pedir a una tarde de sábado que una buena dosis de rock, cerveza y tener la oportunidad de compartir unos minutos con una de las bandas más punteras de Hard Rock en los 80?
Con esa idea nos plantamos a las 20:00 de la tarde en una Riviera vacía que no daba la impresión de acoger una gran velada sino más bien todo lo contrario.
El excesivo precio de las entradas (46 euros con gastos de distribución y seguro obligatorio incluido), tarde futbolera y un set list cuanto menos arriesgado nos hacían pensar ya en un concierto de viejos melancólicos. Nada más lejos de la realidad cuando cerca de las 21:00, como vampiros que esperan la noche, llegaban a decenas grupos de personas de la más diversa índole, heavys, poperos, padres e hijos...Así hasta que en 20 minutos de locura para los puertas nos encontramos en una sala literalmente a reventar en la que era ya todo un logro conseguir una cerveza y un sitio decente.
Con 10 minutos de retraso y una intro algo larga que no hizo más que enloquecer más a la masa el señor Astbury y los suyos saltaban a escena con “Nivana” y “Big Neon Glitter” metiéndose a todo el personal en el bolsillo. Continuaron con “Love” y” Brother Wol”f y así nos plantamos en el primer momento álgido de la noche con “Rain”.
Uno tras otro seguían cayendo todos los temas del disco destacando momentos como “Revolution” y “She sell sanctuary” especialmente.
Tras finalizar con los 10 temas que componen este gran disco del 85 disfrutamos de un merecido descanso tanto para público como para grupo.
La segunda parte del concierto no deparó mayores sorpresas y constó básicamente en los mejores temas de sus álbumes más aclamados como son “Electric” y “Sonic Temple”. Destacar especialmente “Electric Ocean”, “Wild Flower” y “Fire Woman”.
Tras despedirse con “Love Removal Machine” y con un cuarto de la sala ya en la calle la banda salió de nuevo al escenario y repitieron “She Sell Sanctuary” momento en el que definitivamente la sala se vino abajo.
Fue un magnífico concierto con un sonido espectacular y una banda entregadísima.
Si he de buscar alguna pega decir simplemente que se tendría que haber incluido en el repertorio algún clásico más como “Lil´ Devil” y que Ian debería ir olvidando ya su proyecto con los Doors y centrarse definitivamente en su grupo ya que en varios momentos de la actuación parecía que nos encontrábamos ante el mismísimo Morrison .
Llegó el momento más especial de la noche, y es que algunos privilegiados y otros con poco miedo a rascarse el bolsillo tendríamos la oportunidad de compartir unos minutos con la banda en el backstage.
Como siempre la organización brilló por su ausencia y ya finalizado el concierto nadie sabía decirnos donde tendría lugar el Meet & Greet ni lo que teníamos que hacer hasta que finalmente el jefe de la sala nos indicó que esperáramos en un extremo de la sala a que ésta se vaciara completamente y se limpiara, así que allí estábamos unas veinte personas esperando ansiosas a que alguien nos indicara que hacer.
Con una sala completamente limpia y preparada en tiempo record para dar paso a los jóvenes que ya hacían cola en la puerta para pasar su noche de chunda chunda se nos acercó el equipo de seguridad de la sala y nos indicaron que pasaríamos de cinco en cinco y pronunciaron las palabras mágicas: “Sólo un objeto firmado por persona y una foto por grupo, y luego os la mandáis entre vosotros. No es negociable”.
Muy drástico para el dineral que dicho momento había costado.
Protestas aparte, fueron unos minutos fantásticos los que compartimos con la banda.
Sólo se podía cerrar esta magnífica noche de una forma: Una cerveza en Ka Juankar para celebrarlo.
Rock’n’ fucking Roll.
RAMONAL
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