Otro disco en directo de los maestros Priest, esta vez rescatando temas que han tocado en estas últimas giras que han hecho desde el regreso del Metal God, Mr. Halford y que no son, habituales, en sus discos en vivo. En primer lugar quería destar algo que se está poniendo muy en auge en la industria musical y que nos ha servido para poder hacer un análisis del trabajo. Lo han colgado en “streaming” en este enlace para poder oírlo en línea y evitar las descargas.
En si el contenido para los más fanáticos de la banda es interesante, incluye alguna golosina tipo “Eat me alive” que han rescatado para esta última gira y que no hacían desde la época del “Defenders of the faith”. Antes de pasar tema por tema comentar que ha sido producido nada más y nada menos que por Tom Allom que hacía la tira de años que no trabajaba con la banda y el resultado es bastante aceptable, un poco frío quizá ya que el público no se distingue casi. En cuanto a los temidos “overdubs” viendo el estado de Halford, pues” haberlos haylos” como las meigas pero, en general, refleja el estado del vocalista, lógicamente han sido suprimidos, en una parte muy significativa, los “kilos” de reverb y delay que “adornan” sus directos y sus subidas no han sido demasiado enmascaradas por lo que refleja en buena medida el estado actual de los Dioses.
El disco se abre con los 2 guiños al disco de regreso “Angel of Retribution”, “Judas Rising” y “Hellrider” están bien pero falta “Deal with the devil” (creo que viene en la edición Japonesa). Seguimos con 2 buenos trallazos que no estaban tampoco en ningún directo oficial. “Between the Hammer and the anvil” que es una de las que mejor quedan y “Riding of the wind”, 2º corte del “Screaming for Vengeance”, No se por que incluyen el coñazo de “Death” habiendo metido “Prophecy” como epresentante del último “Nostradamus”. Menos mal que el cañonazo de “Dissident agresor” como guiño a los Priest setenteros del “Stained Class” lo arregla aunque la voz de Rob, tal y como se puede comprobar, está lejos de la original, “A touch of Evil” y “Painkiller” cierran la aportación de ese cacho de album dejando al descubierto los apuros vocales qme da cosa oirlo por lo mal que lo pasa el tio Halford. Impagable, como siempre, disfutar de KK Downing y Glenn Tipton en sus solos y Scoot Travis bordándolo. A Ian Hill el hombre casi ni se le oye ni se le siente.
Un disco que suena a compromiso pero que refleja bien lo que son los Priest en esta época.
Edurocks
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