miércoles, 28 de diciembre de 2022

Discos: Marillion- "An Hour Before it´s dark

 

Para mi Marillion una pequeña delicatesen de la que me gusta disfrutar de vez en cuando, siempre en función de ciertos estados de ánimo, o con la intención no solo de escuchar música, sino hacerme sentir algo.

Sin desmerecer la etapa con Fish, prefiero a Hogarth, ya que no solo canta, sino que interpreta y es capaz de transmitir sensaciones y sentimientos, tanto en disco como en directo, ya que vive los temas con una intensidad que se traslada a quien va dirigida. Ante esta introducción, la línea del trabajo sigue el camino marcado por el impresionante F.E.A.R, que supuso un golpe en la mesa, ante unos trabajos, que sin ser malos, parecían tener cierto agotamiento de ideas. En tema inicial Be Hard On Yourself, tema divido en tres partes, va subiendo y bajando en intensidad y haciéndonos sentir todo tipo de emociones, con ese rock sinfónico tan característico. Reprogram The Gene, dentro de su estilo es mucho más melódica, también dividida en tres partes, donde la parte central hace de puente, dejando todo el protagonismo a Hogarth, para dar final de una forma más alegre, con gran trabajo de Rothery. Only a Kiss es un pequeño interludio guitarra/sintetizador, para dar paso a Murder Machines, un tema también bastante melódico, pero menos enrevesado como los dos anteriores, siendo un tema más estándar. The Crow And The Nightingale, con ciertas influencias a Leonard Cohen, sobre todo en esa forma tan teatral de afrontar los temas, y con unos adornos de cuerdas preciosos y gran sección de coros, dando una gran epicidad al tema, y esos punteos de Rothery, tan claros, que se pueden hasta ver si se cierran los ojos, siguiendo al maestro David Gilmour, para terminar con gran sosiego y paz. El siguiente tema Sierra Leona, también está separado en varios pasajes, siendo sumamente tranquilos los dos primeros, prácticamente Hogarth y el piano de Mark Kelly como auténticos protagonistas, para subir en intensidad en los siguientes pasajes. Care cierra el disco, nuevamente dividida en cuatro pasajes, con esas subidas y bajadas que se van alternando y creando un impresionante tema, muy épico. Impresionante Hogarth en la parte central del tema, con ese colchón de piano de Mark Kelly, para aparecer la sutileza hecha guitarra para imprimir mayor dramatismo. Discazo, y la verdad, esta gente es una delicia, para degustar en el sofá, con los auriculares puestos y desconectando del mundo, ya que ellos ya se encargan de producirte emociones. Steve Hogarth no será quizá un portento de voz, pero hay pocos cantantes que me hagan sentir lo que canta, y quizá se me ocurre que algo similar me pasa con Bret Anderson de Suede, y me hace disfrutar de todo lo que haga.

 

 

FrodCatley

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